Elmina fue uno de los centros de exportación de esclavos más grande de África. Tiene el triste honor de conservar una de las cárceles dónde vivían los esclavos antes de embarcarse hacia el nuevo continente. Fue el primer asentamiento europeo en el Oeste de África, controlado primero por portugueses, holandeses y finalmente por ingleses. Por sus puertas se calcula que han pasado ocho millones de esclavos, 50.000 diarios durante 170 años…
Es un lugar que impresiona. Saber que tanta gente fue tratada en condiciones infrahumanas hace que te sientas muy pequeño.
Actualmente Elmina es un pueblo pesquero y allí presenciamos uno de los espectáculos más curiosos, interesantes y a la vez un poco asquerosos de nuestra visita a Ghana. Se trata de una subasta de pescado. Lo que aquí haríamos en una lonja, allí se hace en la misma playa con el pescado recién pescado. Lástima que la playa esta llena de basura, el olor nauseabundo y los pescados rebozados en arena…
Si queréis saber más sobre otros lugares de Ghana puedes ir aquí.
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