Aprovechando una semana de vacaciones en julio de 2021 una amiga y yo nos fuimos una semana a Ibiza con la idea de recorrer al máximo la isla. El plan: alquilar una moto e ir de playa en playa y de cala en cala todo el día.
Lo primero a tener en cuenta es que si buscáis un sitio tranquilo donde haya poca gente igual no es el lugar ideal…con toda la situación de covid pensamos que habría menos turistas ya que Ibiza es una isla conocida por sus discotecas que este año estaban cerradas, pero me ha sorprendido la cantidad de gente que nos hemos encontrado en la mayoría de playas y calas (en las mas famosas como Platges de Comte o Cala Salada era increíble, y en general nos ha costado encontrar sitios “tranquilos”).
Lo segundo, no es una isla barata. Claro que se puede hacer plan low cost (este blog va de esto) pero alojamiento y comida no son especialmente económicos. Para el alojamiento recomiendo reservar con la mayor antelación posible (seguramente en Sant Antoni es donde encontraras lo más barato, un pueblo turístico bastante feo a lo Lloret de Mar, pero como campamento base ya sirve) y luego puedes tirar de supermercado para todo lo demás.
Ibiza es un lugar perfecto para los amantes de los chiringuitos ya que en prácticamente todas las playas (e incluso en las calitas más pequeñas) encuentras un lugar bonito donde tomarte algo o comer (nuestro presupuesto low cost no incluía estas visitas, pero si llevas ese plan lo vas a gozar).
Otra de las características es que a diferencia de algunas playas o calas de Menorca por ejemplo, en Ibiza se puede aparcar a pie de playa en todos lados, no hace falta andar. Casi siempre hay aparcamientos relativamente grandes (excepto en Cala Salada, te cuento más aquí) aunque a mí me parece mucho más cómodo desplazarse en moto. Además, la isla es pequeña y el trayecto más largo (recorriendo de punta a punta) son unos 45 minutos. En una semana moviéndonos muchísimo por toda la isla apenas gastamos 25€ en gasolina (teniendo en cuenta que está más cara que en la península). Las carreteras están muy bien y la zona interior es muy verde (llena de pinos, de aquí el nombre de Pitiusas que le dieron los griegos al llegar – pitys significa pino en griego), viñedos y manchas blancas de casitas dispersas.
Aquí va el resumen de la vuelta que le dimos a esta preciosa isla.
Mis playas y calas favoritas
Caló d’en Serra: esta preciosa calita se encuentra en la zona norte de la isla. Fue uno de mis rincones favoritos. Para llegar hay que ir hasta Portinatx y de allí sale una carretera secundaria que al final esta sin asfaltar (y hace bastante pendiente) hasta la bonita cala. Agua cristalina y un entorno no urbanizado muy bonito.
Playas del Comte: la joya de la corona de Ibiza. La playa más famosa por mérito propio ya que es sin duda una de las más bonitas. Se trata de un conjunto de playas una al lado de la otra (hay una cala llamada “Escondida” que de escondida no tiene nada ya que esta a petar jaja pero es bonita sin duda) con la arena muy clara que hace que el agua color turquesa se vea de un color increíble.
Te recomiendo ir por la mañana porque a partir de las 11 o así la playa se pone a petar. Otra de las cosas más bonitas de esta playa (típico del litoral ibicenco) son los islotes que hay por toda la isla que hacen unas formas muy bonitas delante de la costa.
En estas playas también es muy típico venir a ver la puesta de sol ya que es un lugar privilegiado para verlo. ¡Muy recomendable!
Cala Codolar: pequeña cala muy próxima a Comte que no sé si es porque se ve eclipsada por su hermana famosa esta fue una de las calas más tranquilas que encontramos. Como su nombre indica se trata de una playa de piedras (‘còdols’ en catalán) con agua cristalina en un entorno natural muy bonito (hay un par de hoteles y obviamente el chiringuito que no falte). La pista para llegar no esta asfaltada pero no presenta dificultades. Visita muy recomendable.
Cala Molí: pequeña cala preciosa y relativamente tranquila (teniendo en cuenta que solas nunca estuvimos) cerca de Cala Tarida. Es una cala muy natural y nada urbanizada. El aparcamiento no es muy grande.
Cala d’Hort: visita imprescindible a esta cala/playa relativamente grande del sur oeste de Ibiza. La principal atracción de esta cala son las vistas sobre el peñasco de Es Vedrà, un islote rocoso del que se cuentan innumerables historias y mitos y que tiene una energía especial (no sabría describirlo pero ciertamente tiene como algo que te engancha). A mí me encantó.
El aparcamiento de Cala d’Hort esta a unos minutos a pie, pero desde allí hay unas vistas sobre el peñón y toda la costa increíbles. También es un buen sitio para disfrutar del atardecer.
Playa de s’Aigua Blanca: una de las playas que más me gustó. Se trata de una playa grande con distintos entrantes (en la zona más alejada de la entrada se practica el nudismo) relativamente tranquila (especialmente por la mañana). La arena es un poco más oscura que en otros lugares pero el entorno es maravilloso ya que no está nada urbanizada y está rodeada por acantilados. Además es muy chula para una de las cosas que más me gusta hacer cuando voy a la playa: andar por la orilla mojándome los pies.
Playa des Cavallet: de mis favoritas. Arena muy blanca que hace que en los lugares donde no hay posidonia el agua se vea de un turquesa increíble. ¡Nada a envidiar a Punta Cana! Se trata de una playa larga con una zona de tumbonas (como es frecuente en la isla) pero otra parte menos comercial donde hay una zona nudista. Además, el entorno de la playa es singular ya que se encuentra dentro del parque natural de Ses Salines. Por la carretera llegando a la playa se pueden observar los colores rosados y blancos de estas salinas de donde se extrae la famosa sal de Ibiza.
Cala Mastella: una de mis favoritas. Pequeña calita situada al este de la isla cerca de San Carles (donde se celebra el mercadillo hippy de Las Dàlias). No estaba desierta, pero una de las más tranquilas. Entorno precioso y muy natural nada urbanizado.
Cala Salada y Saladeta: esta pareja de calas es junto a Comte de las más famosas de toda la isla y reciben muchos visitantes al día. Es por eso que llegar hasta este pequeño paraíso cuesta un poquito más. El parquing de coches se llena en verano muy temprano por la mañana por lo que o madrugas bastante o tendrás que coger bus o taxi para llegar (para aparcar moto no hay problema). Hay un aparcamiento gratuito en Can Coix desde donde sale el autobús L34 (también se puede coger en Sant Antoni). El bus sale cada 15 minutos más o menos y el billete de ida y vuelta cuesta 4€ (2’5€ si solo es ida y gratis para menores de 12 años). Cala Salada y, especialmente Cala Saladeta son muy bonitas ya que todo el entorno de pinos con contraste con el agua turquesísima hacen una imagen espectacular. La masificación de gente por eso, le resta un poquito de encanto al lugar.
Otras playas y calas
Playa de Portinatx: una pequeña playa al norte de la isla, agua bastante clara, pero cerca de apartamentos y del “pueblo” (básicamente alojamientos turísticos) de Portinatx. Estuvo bien darse un baño pero no es de mis preferidas. Andando un poquito por detrás de la playa hay algunos acantilados muy bonitos y una calita (donde también había bastante gente). También desde allí se puede ver el faro des Moscarter.
Cala Xuclar, s’Illot des Renclí, Cala Xarraca: pongo estas tres juntas porque las visitamos una detrás de otra ya que están en la misma zona. Son calitas pequeñitas y en un entorno muy bonito (la parte norte de la isla) pero estaba el mar bastante revuelto y con mucha posidonia así que no fueron del todo ideales.
Cala Gració y Gracioneta: esta pareja de playas se encuentra a pocos metros de Sant Antoni y su facilidad para llegar a pie desde la misma ciudad hace que estén muy concurridas. Se separan por un pequeño caminito que puedes hacer fácilmente a pie. La playa Gració es más grande aunque no es tan bonita como su hermana pequeña de agua más cristalina.
Caló des Moro: incluyo esta pequeña calita en el mismo Sant Antoni no por la cala en sí sino porque es uno de los mejores puntos desde donde ver el atardecer. Toda esta zona de paseo marítimo se llama Ses Variades y podemos encontrar míticos bares y restaurantes como el Café del Mar y el Mambo desde donde se tienen vistas privilegiadas a la puesta de sol.
Cala Tarida: aunque el nombre oficial sea de cala, Tarida es una playa bastante grande (de hecho son como tres entrantes uno detrás de otro). Esta es una playa de fácil acceso y está rodeada por muchos apartamentos lo que la convierte en una playa familiar (sinónimo de está a rebentar). La arena blanca i el agua turquesa hace que sea una playa bonita pero la masificación de gente y del entorno me hace ponerla en la lista de playas que no volvería a visitar en otra visita a la isla.
Cala Vedella: parecida a Cala Tarida (igual un poco menos). Se trata de una playa bonita en un entorno bonito pero urbanizado, agua cristalina y arena blanca, pero llena de gente.
Cala Martina: una playa que me dio la impresión que era más “local” y no tan turística. Es una playa bastante tranquila, aunque había bastante posidonia. Los alrededores de Cala Martina están llenos de apartamentos más modestos que en otras zonas de la isla donde se ven auténticas mansiones. Allí fuimos a comer a un restaurante del mismo nombre recomendadas por un amigo y la verdad que estuvo muy bien.
Es Bol Nou: una pequeña cala en un entorno muy bonito rodeada de acantilados, aunque no sé si es porque en Instagram se hizo famoso un agujero desde donde te puedes hacer una bonita foto (había cola y todo) la cala estaba bastante masificada de gente. Además, el día estaba nublado así que no nos acompañó mucho.
A poco metros andando de la cala encontramos Sa Caleta, un pequeño puerto pesquero digno de imagen de postal.
Cala Carbó: pequeña cala bonita también muy natural sin urbanizar. No sé porque estaba más llena de gente que otras calas con características similares.
Playa de Ses Salinas: al otro lado de la playa des Cavallet, en el sur de la isla encontramos esta playa de características similares pero muchísimo más concurrida. Sin duda me quedo con la otra.
Pou des Lleó: pequeña cala un poco escondida y remota en uno de los pocos lugares en los que casi no había nadie. Es una calita agradable, aunque había mucha posidonia y el territorio rocoso e irregular hacia un poco difícil el baño.
Cala Llenya: aunque el nombre de cala es mas bien una playa relativamente grande y bastante masificada aunque la arena blanca y el agua cristalina la convierten sin duda en una playa bonita. Playa cómoda para tomar el sol y bañarse, bastante accesible. Al lado está Cala Nova de características muy similares.
Bonus track: cómo ir del aeropuerto a Ibiza o Sant Antoni en transporte público.
Volver a Ibiza.
Viaging 