En Noviembre de 2015 hice una escapada con unos amigos aprovechando que los vuelos estaban muy baratos y un chollo que encontramos en un hostal juvenil (All in Hostel, muy recomendable). Berlín nos encantó a todos y nos sorprendió gratamente lo «youth friendly» que era, no coincide para nada con el estereotipo alemán. Además de mucho ambiente en todos sitios es mucho más barata de lo que nos pensábamos. No contaré mucho más sobre la ciudad porque visitamos lo típico (como el Reichstag -por cierto la visita se tiene que reservar-, la Puerta de Brandenburgo, East Side Gallery, el monumento al Holocausto, Topografía del Terror (el museo gratuito sobre el nazismo, que por cierto, está muy bien!), la Catedral, Alexander Platz, Checkpoint Charlie, el Kalrl Marx Forum -donde se encuentran las famosas esculturas de Marx y Engels- entre otras). Pero sí que remarcaría dos lugares que quizás no son tan conocidos.
El primero es el aeropuerto abandonado Tempelhof al cual se puede llegar fácilmente en metro (hay una parada con su nombre). Se trata de un aeropuerto en medio de una zona urbanizada (supongo que por eso dejó de funcionar porque la ciudad de Berlín se extendió hasta llegar a rodear, literalmente, el aeropuerto). Es ciertamente curioso andar por las pistas de aterrizaje. El día que fuimos estaba nevando así que no había mucha gente, pero en verano se pone a tope de gente corriendo, haciendo picnics, paseando…
El segundo lugar, incomprensible desconocido es el Treptower Park. Es increíble la poca información que existe de este lugar que no aparece en casi ninguna guía. Supongo que es un ejemplo muy claro de eso de que la historia la escriben los ganadores ya que se trata de un monumento conmemorativo a la liberación de la ciudad de Berlín por parte del ejército Rojo al final de la segunda guerra Mundial. La voluntad de minimizar el papel que jugó la URSS en la derrota de los nazis hace que este lugar esté olvidado sin apenas señalización por lo que es común perdérselo.
Es un lugar colosal que recomiendo encarecidamente ir. Se encuentra a una media hora del centro de la ciudad en tren. Desde la parada que lleva su nombre hay que adentrarse en el parque y en el centro se encuentra este gigantesco monumento. El día que lo visitábamos nevaba por lo que aún fue más auténtico.
Además de estos dos lugares, otra actividad que también recomiendo es hacer el tour por los refugios antiaéreos del metro de Berlín (Berliner Unterwelten, más información aquí). Los tours salen de la misma parada de metro y hay distintos pases en diferentes lenguas. Nosotros hicimos el ‘clásico’ con una guía inglesa y la explicación estuvo excelente. Muy interesante.
Viaging 